Dulce cubana

 

                         Dulce cubana

Este es un relato corto, no sé porqué a veces algunos quieren tantos detalles. No hace falta dar tantos detalles sino narrar el hecho. Yo fui de vacaciones a Cuba sin esposo. me hospedé con mis amigas en el hotel "Tropicoco". La primera noche fue de una borrachera terrible. Bebí ron como loca y quedé tan estúpida que no recuerdo que me llevaron a mi cuarto cargando. Al otro día desperté y mis amigas me habían dejado sola. Desperté y una hermosa chica cubana, camarera del lugar, estaba limpiando todo.

La vi, tenía unas nalgas de ensueño y miren que yo presumo mis nalgas. La tipa era insuperable. Muy morena, con una cara La vi, tenía hermosa y con un cuerpo perfecto. Esa tarde cogí con un cubano que tenía una verga tremenda y disfruté mucho, pero no podía quitarme de encima la imagen de la jovencita.

Al otro día estuve allí cuando fue la hora de la limpieza. La observé, se veía hermosa. Se me antojó acariciar esas piernas y nalguear ese culo. Me dijo que se llamaba Regla Pierre y tenía 19 años. Ella se interesó cuando le mostré mis perfumes y cremas. La regalé dos jabones que llevaba allí. Estaba muy agradecida, pues me comentó que no tenía acceso a muchas cosas.

Yo seguía acostada y tapada con mi sábana. No me había visto. Yo estaba sólo con una minúscula playera y una tanguita que me hacía ver lindas mis nalgas. La chica me preguntó si estaba disfrutando mi estancia en Cuba y yo le dije que sí. Me sentí en confianza con ella y le platiqué que había estado con un cubano portentoso. Ella se excitó con mi relato y me dijo que aunque ya había cogido si acaso había estado con dos hombres.


Como yo estaba interesada en su conversación le pedí que me acercara una maleta que estaba en la otra esquina de la habitación. Lo hizo y de allí saqué una peineta y un perfume que olía delicioso. Ella se acercó y olío el aroma del "Weekend". Le fascinó y se puso feliz que le dije que se lo obsequiaba.

Me dijo que no sabia cómo agradecerme y yo le pregunté si alguna vez había estado con alguna mujer. Me comentó que si acaso, cuando formó parte de un ballet, había acariciado a una que otra o bien se habían besuqueado, sin llegar a tanto. Le pedí que se acercara y lo hizo, toqué su culo con mi mano, era redondo, duro y se sentía riquísimo. La chica olía a sudor producto de la faena del día. Le pedí que me preparara el baño con agua calientita y lo hizo.


Tomé mi toalla y vi que ella estaba atenta a lo que hacía. No pudo ocultar una sonrisa cuando me vio. Yo sabía que le había gustado. Se recargo en el lavabo del baño y yo comencé a besar su cuello. Nos besamos y metí mi mano debajo de su vestido. Sentí una pepa poco velluda y carnosa. Ella gimió cuando metí mi dedo. Me besó por el cuello y resopló cuando acaricié su ano. Poco a poco se fue desnudando hasta quedar desnuda. La tipa tenía un cuerpo perfecto. Entró a la ducha conmigo y continuamos acariciándonos, metiéndonos el dedo en cada oportunidad. Al término del baño, nos fuimos envueltas en la misma toalla hasta la cama. Le pregunté si no notarían su ausencia pero ella me dijo que sabía cómo controlar a su jefe. A mí no me importaba que le diera el culo después, lo que quería era sentir esas caricias.

Le chupé su vagina y mordisqueé con mis labios su carnosidad. Estaba húmeda no sólo por el baño, sino porque se iba calentando y lubricando. Metí uno y dos dedos en su vagina y también le metí un dedo en su culo. Ella gemía y al rato hizo lo mismo. Yo besé sus pechos, sus pezones eran gruesos y estaban muy erectos. Toda ella era suavidad y olía bien, ahora sí. El baño le había caído muy bien y yo estaba feliz de disfrutar ese rico culo. Le lamí el ano hasta que ella gritó excitada y le volví a meter los dedos. Nos besamos y frotamos nuestros pechos, Ella me volvió loca introduciendo uno, dos y hasta tres dedos.

Hacía mucho calor afuera pero allí dentro estábamos hirviendo. Ella me lamió mi vulva hasta hacerme enloquecer. También metió sus dedos y yo estaba vuelta loca. Seguimos acariciándonos nuestras espaldas y nuestras piernas. "Oh nena, si pudiera te llevaría conmigo, tienes un culo perfecto", le dije y ella me respondió que nunca le había gustado tanto una mujer hasta que me conoció.

Froté su vulva con mis dedos hasta que tuvo una corrida genial que me salpicó hasta mi cara. Ella gimió y me dijo que me amaba tan sólo por la pasión que estaba sintiendo en ese instante.

Seguimos pegadas cuerpo a cuerpo y al llegar al clímax nos besamos en la boca nuevamente. Ella estaba feliz. No sólo había gozado mi cuerpo, sino que también recibió lindos regalos. Yo de mi parte, disfruté nalgueando y chupando ese hermoso culo. La tipa era hermosa y genial, pocos cuerpos femeninos he disfrutado como ese. El último día que estuve allí ella me despidió y sus ojos estaban húmedos, pues había pasado una dulce semana conmigo, me acarició la vulva en algún momento en que introdujo sus dedos por mi pantaleta. Le obsequié unos dólares y otro jabón que llevaba allí. Se quedó feliz y quiero ser sincera al decirles que hasta hoy, no he podido olvidarla. De verdad quisiera volver a disfrutar ese dulce cuerpo.

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